Creo que hay un refrán que dice “Ya en el veranillo, la madurez del membrillo” pero nunca lo he entendido puesto que el membrillo llega más hacia el otoño. Hace unos días os hablaba de esta curiosa fruta, el Membrillo, y os contaba que desde pequeño ha existido tradición en mi familia para hacerlo confitado y en jalea.

Os comenté que quizás me animaría a cocinarlo y finalmente lo he hecho. Hace unos días compre un par de kilos de membrillos, cuatro exactamente, porque cada uno venía a pesar medio kilo. En ese mismo artículo hablaba también de la Jalea de Membrillo y también me decidí a prepararla según la receta que allí mismo os comentaba.

Os dejo la receta del membrillo confitado y no os asustéis si resulta algo laboriosa, merece la pena y es un dulce que puede resultar el mejor broche de una buena comida, acompañado simplemente de un buen queso y unas simples nueces.

Ingredientes

2 kilos de membrillos (darán unos 1000-1200 gramos de carne de membrillo hervida)
800 gramos de azúcar blanco
1 limón en zumo

Preparación del Mebrillo

1. Poner en una cacerola dos litros de agua a hervir
2. Pelar los membrillos y retiras los corazones y las pepitas (recordar conservar las mondaduras y las pepitas si os animáis a preparar la jalea)
3. Trocearlos en cuadrados y ponerlos en una fuente con el zumo de limón.
4. Cocer durante unos 25-30 minutos.
5. Triturarlos en una Termomix o con una batidora para hasta que quede un puré fino.
6. Pesar la cantidad de puré de membrillo y echar un 20% menos del mismo peso de azúcar (por ejemplo para 1 Kilo de membrillo serían 800 gramos de azúcar).
7. Poner a cocer el puré de membrillo con el azúcar.
8. Dejar cocer removiendo de vez en cuando durante unos 20 o 30 minutos hasta que vaya espesando y cambiando de color.
9. Echar en el molde que se desee y dejar enfriar.

Presentación

Desmoldar unas horas después o cortar y presentar.