Crema de Calabacín y Calabaza

No hace mucho aporteros escribía como los niños podían tomar importantes cantidades de legumbres camufladas en unas jugosas y apetitosas hamburguesas extraterrestres.

Hoy quiero comentaros algunas ideas para que los niños puedan comer más verdura además de las típicas soluciones de triturarlas en forma de purés. No se si estaréis de acuerdo, pero la palabra puré es tabú para algunos niños. Ellos deseosos de crecer y hacerse mayores asocian eso de los purés a los más pequeños, y basta que menciones la palabra, para que no accedan a comerlos. Respecto a su elaboración puede ser la misma, yo recomiendo algo más líquida y si es posible añadirlos algo de leche o nata para convertirlos en la “supuesta” crema, esto suavizará el sabor de las verduras y las alejará más de la textura y sabor del típico puré. Añadir un fondo de caldo en vez de agua también ayudará, son pequeños pero no tontos.

No se si estaréis de acuerdo, pero una de las cremas que mejor toman los críos es la de calabacín. Si la hacéis de vez en cuando no se si lo haréis añadiéndola quesitos, pero esta técnica muy usada en esta receta, es otra fórmula para suavizar el sabor de muchas cremas haciéndolas más apetecibles para los más pequeños. Los quesitos parece que se asocia exclusivamente a la receta de la crema de calabacín, pero os animo a probarlo con otras cremas, encontraréis que posiblemente les resulten apetecibles cremas que hasta el momento no les gustaban, como la de calabaza, patata, espárragos, brócoli, zanahorias, coliflor (o culiflor como dice mi hija por como huele cuando la hierves), champiñones o de cualquiera de sus combinaciones.

También os recomiendo incorporarlas otros ingredientes en poca cantidad para hacerlas más atractivas y con más matices, como ajo, puerro, cebolla, cebolleta, etc. hasta que deis con sus preferidos. El delicado sabor del puerro puede ser un buen comienzo. Recordar también que añadir una patata pequeña a cualquier crema puede mejorar su textura para hacerla más homogénea además de suavizar su sabor.

Otra cosa que en ocasiones funciona para hacerles las cremas más atractivas es añadirlas algo en su superficie a modo de topping, como en los helados. Las semillas de sésamo blanco, tostado o negro son una buena opción y además de sabrosas son muy nutritivas y aportan calcio, hierro y lecitina entre otras cosas. Los niños se dedicarán a cazarlas, mientras van tomando su crema.

Acelgas en Salsa

Cuando hablamos de verduras sólidas, aunque siempre hay excepciones, el tema cambia considerablemente. Es curioso, pero hay niños que devoran las verduras sólidas de todo tipo y sin embargo, no quieren ver las cremas ni los purés. Es como si rápidamente quisiesen cerrar el capítulo de no haber podido masticar durante largos meses hasta que desarrollaron su dentición. Si es vuestro caso sois afortunados, posiblemente tomarán la misma o mayor cantidad de verdura que en cremas o purés, y casi con total seguridad, con el tiempo, acabarán aceptando también estas últimas.

Mis hijos comen bastante bien espinacas, acelgas, judías verdes y alguna otra verdura hervida, pero en ocasiones hay que cambiarles la preparación para que no les resulte monótono. El las judías verdes un buen chorro de oliva virgen suele ser suficiente, por cierto, ojo con los vírgenes que tiran a “picante”, porque es un sabor que los niños rechazan y asocian con la verdura. Otras veces la mahonesa es una gran opción, eso si, casera. Pero el atractivo comienza cuando se elaboran un poco más.

Una buena opción para las judías verdes es simplemente rehogarlas con ajo y/o con tomate frito y en el caso de las espinacas les suelen gustar mucho rehogadas con ajo y cebolla, pero sólo para dar gusto al aceite, antes de rehogar las espinacas en ese aceite retiramos los trozos de ajo y cebolla y posteriormente lo añadimos a las que nos comeremos nosotros, los adultos.

Las acelgas les pueden resultar particularmente fuertes. Es importante limpiarlas bien de hebras y lavarlas bien. Si, si, limpiar y lavar significa todo fresco, a trabajar si queréis dar a vuestros hijos productos de calidad. Además a las judías verdes también, aunque os digan que son buenísimas, retirar las posibles hebras y las puntas y hasta podrían gustarles más, si las cortáis a lo largo por el medio con un cuchillo. Yo no lo hago porque las comen bien, pero eso las hace más atractivas, más finas y se cuecen antes, consiguiendo así una textura y aspecto más agradable.

Respecto a las acelgas yo muchas veces las preparo como las de la imagen superior, en salsa. Primero las hiervo con una patata y reservo un vaso del caldo. Luego corto un ajo grande en láminas gruesas y lo sofrío en un poco aceite de oliva virgen. Cuando está dorado a fuego medio-bajo añado media cucharada de harina y la sofrío un minuto hasta que se dore y añado una cucharada de tomate frito y un cuarto de cucharadita de pimentón dulce. Luego añade poco  a poco el vaso de caldo reservado hasta ligar una ligera salsa. Podéis añadir un poco de sal o una pastilla de caldo. Cuando esté ligada añade las acelgas y mezclarlas bien y dejarlas cocer otros cinco minutos. Esta preparación suaviza las acelgas y las hace más atractivas para los niños.

Espero que alguno de estos truquillos os funcionen con vuestros hijos y que seáis conscientes de lo importante que es una alimentación saludable para los más pequeños y lo primordial que resulta para su educación y su futuro.

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