Fachada de la Trattoria San Paolo

Creo recordar bien que un día leía, o alguien me comentaba, que el tipo de restaurantes registrados que más abundaba en Madrid eran los turcos, también conocidos como “kebabs”. Estoy seguro que los chinos y los italianos no se quedan lejos y quizás estos últimos sean los más conocidos en el resto de latitudes. No se puede negar que los italianos hace muchos años supieron hacer de la pizza y la pasta sus señas de identidad culinaria a nivel internacional. Precisamente creo que ese es uno de los motivos por los que no es fácil encontrar comida italiana con la calidad adecuada. La amplia oferta y la nutrida demanda, sumadas a su aparente facilidad de preparación, hacen que esta comida la encuentres casi en todas partes, pero rara vez con la calidad deseada.

La Tratroria San Paolo es aparentemente un restaurante como tantos de los cientos de italianos que hay en Madrid, pero detrás de su fachada se esconde un lugar diferente y fuera de lo habitual. Nada más entrar uno se da cuenta que es un lugar distinto, la sala y la decoración está bastante cuidadas y proporcionan un ambiente intimista y algo romántico ideal para una cena tranquila. Quizás se eche en falta algo más de luz para la correcta degustación de sus platos.

Salón de la Bóveda Salón de la Entrada

Sus salones y la distribución del restaurante en varios niveles le hacen todavía más interesante y poco a poco se descubren recovecos  y reservados que pueden resultar ideales para la celebración de reuniones o comidas de grupos. Incluso existe una zona que llaman Chill Out donde se combina de forma curiosa y original a dos alturas la bodega del restaurante junto con una zona para oir música y tomar una copa dentro del mismo restaurante.

Su carta es sumamente amplia e incluye pizza y pastas frescas de elaboración diaria. Su cocina es cuidada y la materia prima de calidad. Yo fui un día entre semana a cenar y no había demasiadas mesas, el servicio fue adecuado y los platos estaban bien presentados y las raciones bastantes generosas.

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Tuvimos la suerte de degustar Burrata. Nos la ofrecieron fuera de carta y no pude resistirme. Si no la conocéis se trata de una crema de queso fresco italiano. Como curiosidad os contaré que esta crema ligeramente agria se elabora a partir de leche y cuajo de ternera que se inserta dentro de un saquito de queso que se realiza con una fina lámina de queso prensado. Su sabor y su textura son impresionantes y la que nos sirvieron estaba impresionante acompañada de una salsa de albahaca.

Carpaccio di Manzo Tagliolini Scampi e Asparagi

Seguimos con un Carpaccio de ternera bien cortado y con la carne en su punto de temperatura. Lo acompañaron de rúcola y láminas de parmesano y una prescindible crema de huevo y albahaca. En mi opinión un poco de buen aceite de oliva virgen y pimienta recién molida le habrían otorgado el perfecto condimento.

Los segundos fueron un riquísimo Risotto al Funghi, con setas, y unos sabrosos Tagliolini Scampi e  Asparagi, pasta de huevo parecida a los espaguetis con cigalas y espárragos. Ambos segundos a la altura y sobre todo una gran ración de pasta con salsa en cantidad y bien elaborada. Éramos dos y no podíamos más pero siguiendo recomendaciones del jefe de sala cerramos con un Tiramisú y un pastel de limón, los dos buenísimos, diferentes, no sabría con cual quedarme.

Para beber optamos por un vino tinto italiano, Branciforti de 2008, elaborado a partir de uva Nero d’ Avola, la más importante de Sicilia, que le otorga un sabor rotundo pero equilibrado. En total pagamos ochenta euros y teniendo en cuenta la calidad y la cantidad de platos de la cena más la bebida creo que el precio es razonable. Un pero, servilletas de papel fuera de lugar.

Sin embargo es un italiano a tener en cuenta en el centro de Madrid. Como siempre os dejo unas fotos.

Trattoria San Paolo
c/ Francisco  de Rojas, 2
28010 Madrid
España
Tel: +34 653 912 675
http://www.trattoriasanpaolo.com/

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