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Hoy mismo, compartía en una reunión que a una antigua compañera de trabajo la descubrieron mediante una estudio genético que la lechuga la engordaba, lo que durante un tiempo le estaba haciendo ganar mucho peso, puesto que comía ensaladas entendiendo que la ayudarían a bajar peso.

Es increible lo que esta técnica ha avanzado en los útlimos años, y según leía hoy mismo en Europa Pres hay investigaciones que demuestran que una dieta “individualizada” basada en el estudio de los genes puede prevenir enfermedades como el cáncer o la diabetes, según afirma el investigador español José María Ordovás, candidato en 2007 al Premio Príncipe de Asturias y director del Laboratorio de Nutrición y Genética del Ministerio de Agricultura en la Universidad de Tufts, en Boston (EE.UU).

Según parece esta es precisamente la base de sus últimas investigaciones en nutrigenómica, que consiste en la ciencia que investiga cuál es la dieta apropiada para cada individuo basada en sus genes.  Según ha explicado en declaraciones a Europa Press, se trata de un tema de “enorme complejidad”, si se tiene en cuenta que “hay millones de variantes genéticas en el genoma humano y que cada día lidiamos con miles de sustancias en nuestros alimentos”.

“Llevamos trabajando en ello desde hace tiempo. Hay gran número de estudios de todo tipo en marcha para completar poco a poco ese tremendo puzzle que representa las dietas individualizadas”, afirma.

Asimismo, se muestra convencido de que el conocimiento del genoma humano  ”será esencial para el avance de la medicina” y, por tanto, afectará en el desarrollo de la salud pública, así como en el retraso del envejecimiento.

Aunque, según advierte, “en contra de lo que se lee, no va a ocurrir mañana”, ya que, en su opinión, “la complejidad del problema es tremenda y debemos cambiar la manera en la que la investigación se ha llevado a cabo hasta ahora”. No obstante, espera que la nutrigenómica “se convierta en un instrumento de prevención más que de cura”.

Por tanto, para el desarrollo futuro de la medicina, considera necesario conocer cuál es la dieta que mejor sienta a cada persona ya que se podrá saber, por ejemplo, si alguien es más propenso a enfermar si toma más alimentos con ciertos tipos de grasas o si no se tiene que preocupar en exceso porque las asimila mejor.

Por supuesto, hay que tener en cuenta que “los factores genéticos proveen una base para el organismo para trabajar más o menos eficientemente con esos nutrientes y cada uno somos únicos en ese respecto”. Y, por tanto, aclara que no se trata de hacer una dieta para cada individuo, ya que “sería totalmente inviable”, sino a una variedad de recomendaciones de entre las que se pudiera elegir aquella que fuera más apropiada para cada genoma.

Precisamente, sobre este tema, Ordovás, uno de los científicos pioneros en el estudio de la relación entre la salud y la dieta, ha realizado hoy la conferencia inaugural del XXIV Congreso de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), que se celebra hasta el próximo sábado en Zaragoza.

En su opinión, una buena alimentación “juega un papel muy relevante” ya que ayuda a retrasar el envejecimiento y a que la persona se sienta mejor, además de “prevenir enfermedades” asociadas con la edad entre las que se encuentran las cardiovasculares, el cáncer, la osteoporosis, diabetes, la obesidad etc.

Fuente – Europa Pres 

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