Fachada de L'Atelier de Joël Robuchon

Pues como os comentaba a principio de año en un post, una de las citas gastronómicas importantes planeadas para este año era la visita a L’Atelier de Joël Robuchon en París.

He tardado en compartirla porque una experiencia como esta no se puede relatar de forma atropellada sino que hay que hacerlo con tranquilidad y recordar y reflexionar cada uno de los detalles.

Interior de L'Atelier de Joël Robuchon

Como ya os adelanté hace unas semanas L’Atelier es un restaurante algo diferente donde los comensales se disponen en torno a una barra y no en mesas como es lo habitual. L’Atelier de París tiene dos salas gemelas que comparten cocina y en cada una de las cuales puedes encontrar la barra en forma de U frente a la que se sientan unos veinte comensales. Es impresionante la vista de la cocina todos los detalles de hortalizas y verduras frescas en la zona que la separa del restaurante.

Nosotros éramos cuatro y nos dieron una esquina lo que nos permitió sentarnos 3+1 y tener una disposición algo mas cómoda. Lo primero que resulta curioso es que la barra y las sillas altas en ningún momento se hacen incómodas, sino todo lo contrario, los minutos transcurren degustando platos y en ningún momento te notas ni extraño ni incómodo.

La carta es variada y ofrece tres menús de degustación. Nuestra selección fue el menú descubrimiento (Découverte) que incluye ocho platos, el principal a elegir entre tres opciones y de los que los dos últimos eran postres. En menú no incluye la bebida y como no dominamos los vinos franceses nos pusimos en manos del camarero, comenzamos con una copa de champagne de su elección a la que seguirían una botella de blanco y una de tinto con la que cerraríamos la comida.

Detalle de la Decoración de L'Atelier de Joël Robuchon Aperitivo del Menú Découverte

Tras el excelente Champagne Brut Première Cuvée Bruno Paillard nos sirvieron un aperitivo a base de un huevo que llevaba pollo y foie. Estaba servido en su propia cáscara y aunque su sabor era sutil y delicado no se apreciaban excesivamente los diferentes ingredientes.

Le Crabe Royal Le Chantaigne

En menú comenzó con Le Crabe Royal un finísimo plato a base de cangrejo y nabo con sabor fresco y acompañado de una suave salsa mayonesa tipo marinera. Seguimos con Le Chantaigne, una exquisita crema de castañas acompañada de crujiente de jamón ibérico que aunque excepcional tengo que decir que no estaba correctamente servida. Resulta extraño un fallo de este tipo en un restaurante como este pero la inestable taza en la que estaba servida era incompatible con la pesada cuchara con la que se degustaba, de forma que si esta se dejaba momentáneamente dentro de la taza, la taza se volcaba y con ella todo su contenido. El detalle era advertido por el camarero al servirla, cosa que hace más incomprensible el fallo que además pude comprobar por mi mismo, perdiendo más de la mitad del plato que además no fue repuesto.

Le Foie Gras avec Confit de Coings au gigembre Les Fruits de Mer

Seguimos con Le Foie Gras avec Confit de Coings au gigembre, un foie de pato a la plancha con membrillo y jengibre acompañado de chips de manzana y rúcola y un coulis de frutos rojos. El foie en su punto y la combinación con las frutas combinando a la perfección la dulzura y la acidez de las guarniciones. Luego tomamos Les Fruits de Mer, una suave sopa de mariscos de caldo claro en el que además se incluían setas y algunas hierbas frescas que la proporcionaban numerosos sabores y matices.

La Sole Les Ris de Veau

En la parte principal del menú tomamos La Sole, un excelente lomo de lenguado con apio de extrema frescura, textura firme y muy bien cocinado que tenía un marcado contraste con el apio que aunque muy rico podía resultar algo extraño. Luego venía el plato que elegimos al comenzar la comida y puesto que éramos cuatro pudimos probar las tres opciones. La mía Les Ris de Veau, consistía en una exquisita y excepcional molleja de ternera cocinada en su punto acompañada se salsa de su propio jugo y un par de verduras. Para describiros este plato sólo puedo decir que dudo, dudo mucho que vuelva a probar una molleja como esta en mucho, mucho tiempo. Sencillamente magistral.

La Joue de Bouef L'Agneau de Lait

Además pude probar La Joue de Bouef, excepcional carrillada de vaca guisada acompañada de una magistral salsa de vino que la cubría como formando una glaseado en una sola pieza. L’Agneau de Lait, unas chuletitas de cordero lechal también exquisitas pero que nos sorprendieron menos.

Le Chocolat Le Mangue

Para terminar dos postres, el primero, Le Chocolat, a base de chocolate con preciosa presentación y el segundo, Le Mangue, una delicada mouse de mango cubierta también con una sofisticada flor de chocolate blanco.

La selección de caldos finalmente recomendada por fue un blanco Domaine Roulot Monthelie Premier Fulliot y un tinto Domaine David Duband Chambolle-Musigny, ambos muy ricos pero nos sorprendió más el blanco que el tinto.

En general el servicio fue adecuado aunque algo diferente al servirte por la barra y la sala a pesar de lo peculiar muy agradable, aunque resulto algo decepcionante no poder disfrutar de una copa al final de la cena, curiosamente te recomiendan que pases al bar de hotel en el que está el restaurante.

Con el Chef the L'Atelier Philippe Braun

Otra cosa muy agradable fue compartir algunas palabras con Philippe Braun, Chef de L’Atelier, que resultó muy simpático y agradable y que además hablaba bastante bien español.

Respecto al precio del menú fueron 140 euros pero hay que tener en cuenta que sólo las cuatro de champagne, el vino blanco y el vino tinto costaron casi 300 euros, lo supuso que por persona nos fuésemos ligeramente por encima de los 200 euros. El balance es positivo pero el precio resulta algo elevado si tenemos en cuenta todos los detalles, aunque en nuestro caso las bebidas escogidas y la cantidad hicieron que la cuenta subiera algo más de lo normal.

Además se trataba de un homenaje en una visita algo especial a París que nos ha dejado en conjunto un gran sabor de boca.

Aquí os dejo algunas fotos que no son demasiado buenas debido a la complicada luz, pero bueno.

L’Atelier de Joël Robuchon
rue de Montalembert, 5
75007 París
Francia
Tel: +33 01 42 22 56 56
Fax: +33 01 42 22 97 91
Web: http://www.joel-robuchon.com

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