Coulant de Chocolate

Inicio mi aportación a este blog contando mi experiencia ante el reto del coulant de chocolate, que asumí días atrás, con el riesgo añadido que supone que también se ponga el delantal tu hija de 3 años. El buen rato está asegurado, pero no el éxito final, aunque esta vez no salió mal del todo. Para empezar, la decisión fue improvisada y esto me hizo variar ligeramente las cantidades por no tener de todo en casa, aunque traté de guardar las proporciones en la misma medida que la receta original (salvo las medidas que son de 1 o 3 gramos que las tuve que poner a ojo, confiado en que no fueran decisivas). Otra cosa que no seguí al pie de la letra fue la textura de la mantequilla, que estaba muy fría. Para ablandarla le dí un golpe de microondas, cuando lo que debí haberle dado era un simple empujoncito.

coulant 2

Escéptico, mezclé la mantequilla líquida con el resto de ingredientes y finalmente conseguí una textura uniforme y con buena pinta, aunque me había salido del guión y cualquier cosa podía pasar. Ya sólo quedaba el horno. Antes de esta prueba, el autor de la receta me había dado una muestra de prueba que había horneado en casa según el tiempo establecido y al presentarla se había abierto y desparramado por no haberse hecho lo suficiente, De aquí deduzco que los factores tiempo y temperatura deben verificarse y ser ajustados con cada horno para evitar pequeñas diferencias que puedan hacer variar sensiblemente el resultado. Esa misma noche, metí el primero de los 10 vasitos en horno con ventilador a 180º, y conté 10 minutos. No parecía estar porque no subía y lo dejé un poco más. Al final lo saqué a los 20 minutos,…y sorprendentemente el resultado cumplió. Textura y sabor me parecieron bastante aproximados al original que había probado.

Coulant de Chocolate

Al día siguiente, y sin pasar por el congelador, metí otros dos vasitos en horno con calor radiante arriba y abajo a 200º, y los saqué a los 15 minutos, con resultado muy parecido al primero.

Días después hice la prueba definitiva, y repetí la 2ª opción con 10 invitados en casa, …advirtiéndoles que estaban siendo usados como conejillos y pidiéndoles sinceridad. Digamos que la opinión fue favorable o muy favorable en un 80%, y algo menos en el 20% restante. Finalmente, en una última variante horneamos dos más, también sin congelar, subiendo la temperatura a 210º y dejándolos unos 13-14 minutos. Además de secarse más, por arriba se abren y deforman escandalosamente, con lo que su presentación se hace más difícil por no tener suficiente estabilidad. Esto lo achaco a la temperatura. Conclusiones:

  1. Una experiencia a repetir con mi hija, quien ya se ha aprendido una palabra más que usa con soltura.
  2. No sé si la mantequilla fue la responsable de necesitar mayor tiempo en el horno, pero se confirma que la repostería son matemáticas, y que si se varía algo, el resultado evoluciona, aunque no necesariamente al grado de ruina.
  3. La receta resulta satisfactoria, pero antes de utilizarla con invitados conviene hacer una prueba en casa para determinar exactamente el punto de horneado necesario.

A ver qué viene ahora…

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