El Balcón de Artemisa

El pasado viernes fuimos a cenar 10 amigos a Navalcarnero, población a 56 km. de Madrid por la carretera de Extremadura. La plaza mayor, llamada Plaza de Segovia, tiene la disposición y aspecto de las típicas plazas castellanas, con soportales bajo arcadas y amplios balcones. En uno de ellos, el restaurante El Balcón de Artemisa, dispone de varias mesas para cenar contemplando la vista de la plaza.

Comenzamos pidiendo un surtido de entrantes compuesto de sacos rellenos de crema de queso, sacos de langostinos y croquetas de boletus además de ensaladas de queso de cabra. Los sacos, que también se repitieron en los postres, parecen ser la técnica preferida de la casa. Sin embargo, no dejan de ser una envoltura frita y algo grasienta. Los de langostinos y queso entraron rápidamente pero más por el hambre que traímos que por su sabor. Las croquetas de boletus eran suaves, pero en general, los entrantes sugeridos se hicieron pesados al ser puros fritos.

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En los segundos platos, los que nos decidimos por las carnes pedimos cochinillo, filetes de buey con crema de cabrales, solomillo con salsa de mango y milhojas de secreto ibérico. En particular los filetes de buey y los milhojas recibieron buenas valoraciones.

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El solomillo, enmascarado por la salsa de mango no recibió buenas críticas. En general, cuando una carne tan rica en sí misma como un solomillo se ofrece con una salsa de un sabor tan fuerte y diferente como ésta de mango es que la calidad de la carne no es la adecuada. ¡Desconfiemos de las salsas en entrecots, solomillos y chuletones cuando cubren enteramente la pieza de carne! Mirad la diferencia de presentación entre el solomillo y los filetes de buey.

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Los pescados pedidos fueron chipirones, merluza con sésamo envuelta en hojas de banano y filetes de salmonete. De éstos, los salmonetes merecieron la mejor valoración. La merluza efectista pero fallida.

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Los postres consistieron en el denostado surtido que incluía, además de tartas y helados, los consabidos sacos, en esta ocasión de plátano.

La bodega era clásica y un poco subida de precio por lo que decidimos apostar por un estándar seguro de Ribera del Duero como es el Protos.

El precio final fue de 500€, incluyendo 16€ de suplemento por cenar en el balcón y 130€ del surtido de entrantes, 50€ por persona.

En definitva, el Balcón de Artemisa ofrece comida tradicional con destellos, desafortunados, de otras cocinas. El balcón es su activo más importante pero no compensa la confusión entre fogones. Una pena porque el restaurante podría dar más de sí.

El Balcón de Artemisa
Plaza de Segovia, 8
28600 Navalcarnero
Madrid
España 
Tlf: +34 918 101 428

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