Nopal
Foto de Humberto “Sachiel” López

Preparando mi próxima receta sacada de una cena mexicana que preparamos la semana pasada, me doy cuenta que sería bueno hablaros de los Nopales. Estoy seguro que muchos no los conocéis y creo que merece la pena hablar un poco de ellos.

Toda la cocina y la gastronomía iberoamericana oculta numerosos productos que en muchas ocasiones nos son totalmente desconocidos, hierbas, ajis, chilis, especias, verduras, legumbres, frutas, y un largo etcétera, hacen muchas veces bastante difícil elaborar recetas fieles a las originales del continente americano. Aunque no es menos cierto que desde hace unos años, gran parte de estos ingredientes proliferan en nuestras grandes superficies y comercios especializados por todo nuestro país.

Los Nopales, hojas de la planta llamada Nopal cuyo nombre original es Opuntia Ficus Indica, son base en la dieta mexicana desde hace muchísimos años y la razón no es otra que la cantidad de beneficiosas cualidades que posee a más de sus aplicaciones gastronómicas.

Hojas de Nopales

De las decenas de variedades que existen no todas son comestibles, pero las que lo son se pueden encontrar por casi toda América debido a su capacidad de aclimatación. Sus hojas o pencas son planas y carnosas y puesto que se trata de una cactácea poseen fuertes espinas. Son estas pencas el nopal almacena grandes cantidades de sustancias nutritivas y son las más jóvenes de la planta, perfectamente limpias de espinas, las que se consumen como verdura.

Las flores de esta planta son de colores vistosos y variados y quizás todo os resulte algo más familiar si os digo que existe en algunas zonas de nuestro país, sobre todo en la zona mediterránea, y que es conocida como chumbera. Pero en nuestro caso sólo consumimos su fruto, el Higo Chumbo.

Entre otras muchas cosas el Nopal es rico en calcio, potasio, fósforo, sodio, vitamina C y fibra vegetal, tanto soluble como insoluble.

Sus pencas se pueden consumir en zumo, en ensalada, asadas o fritas. Además de sus aplicaciones culinarias parece que aliñada correctamente con otras sustancias su penca permite aliviar y curar quemaduras o aplicarla en cataplasmas favorecer la madurez de los abscesos y descongestionarlos. Incluso el agua que resulta de cocer sus pencas se utiliza también como vermífuga y diurética contra las lombrices intestinales y la inflamación de la vejiga, dadas sus cualidades diuréticas.

Otras investigaciones le otorgan propiedades expectorantes y antipiréticas en casos de gripe ayudando a expulsar la mucosidad y actuando como antitérmico. Incluso se está investigando que el zumo de esta planta sirva para tratar la diabetes y que actúe como sustituto de la insulina.

Respecto a su contenido en fibra soluble (pectina, gomas y mucílagos) numerosos laboratorios farmacéuticos le atribuyen efectos saciantes además de disminuir la absorción de grasas en el intestino. Precisamente este tipo de fibras permiten mejorar el control de la glucemia y reducir los niveles de colesterol en caso de dislipemias (alteraciones de los niveles de grasa en la sangre).

Como veis es un producto muy sano y que además podéis encontrar en nuestros comercios. No lo encontraréis fresco pero si ya limpio y cocido en conserva en lata, frascos o incluso bolsas. En mi caso no me gusta el de lata porque tiene más sabor a conserva pero si me gusta mucho por ejemplo el que viene ya cocido y limpio en pencas enteras en salmuera de la marca Azteca.

Os dejo un enlace a su web y próximamente os traeré una receta.

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