camarero
Foto de shell belle

En numerosas ocasiones los restauradores no tienen en cuenta uno de los principales factores que inducen al éxito de un local y que es sin duda el trato al cliente.

Estaréis de acuerdo conmigo en que cuando el público un acude a un restaurante, bien sea a comer o a cenar, no sólo acude a nutrirse, alimentarse, cebarse o sustentarse sino que, entre otras muchas cosas va a pasar un buen rato. Ya podrán ser manjares exquisitos, kobe, foie, cabrito o una buena fabada que como no vaya acompañado de un buen trato todo se viene abajo.

¿Por qué se olvidan en los restaurantes de este asunto? Desde mi punto de vista existe una correlación directa entre el trato recibido y el éxito de un restaurante. ¿No es mejor un buen vino bien disfrutado que otro de mala uva? Recientemente hemos asistido a determinadas polémicas en el blog que tienen su raíz en este tema. ¿Se justificaría una comida mediocre con el disfrute de unos momentos agradables en el restaurante? Yo creo que sí, justo por lo que he comentado anteriormente, al fin y al cabo vamos a un establecimiento por el placer de un par de horas agradables con nuestra pareja o amigos y sí, tal vez podamos soportar los desdenes de un virtuoso de la cocina y podamos tragar quina sólo por probar de la última innovación de un genio, pero por favor, ¿necesitamos tragar con un servicio displicente por un entrecotte?

Cuando uno acude a un restaurante por primera vez está expectante, se fija en todos los detalles, la decoración, el servicio, la comida… no digamos más cuando invitamos a algún amigo, queremos que todo salga perfecto y nos detenemos críticos con cualquier pormenor e incluso justificamos la menor incidencia con un “ahora se ha masificado” o “hoy no está el dueño y se nota” y todo ello, mucho más que un buen postre o un espléndido pescado es algo que queda grabado en nuestra memoria y volveremos. El cliente no se siente cómodo con un servicio demorado, un camarero negligente, un maître que mira por encima del hombro, un sumiller suficiente o el rincón con telarañas bajo la mesa y con las cortinas llenas de polvo. Todo ello son detalles que lejos de contribuir a realzar una comida se confabulan en echarla abajo.

Se que el blog se ha ido convirtiendo poco a poco en un punto de referencia del sector y habrá un número importante de profesionales y de amigos que lean este artículo, por favor, a los primeros, señores profesionales, háganme caso:

· Buen servicio + buena comida = Buen restaurante
· Buen servicio + comida corriente = Restaurante coqueto
· Servicio mediocre + buena comida = Restaurante snob
· Servicio mediocre + comida corriente = Un chasco de sitio

Las diferencias quedan claras.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Publicidad