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A comienzo de semana cuando los medios hacían eco de esta noticia estaba en Portugal pero me enteré ayer en una cena de trabajo de lo ocurrido con Toñi Vicente y su presunta implicación en un delito contra la salud pública en relación a unas Vieiras Tóxicas.

Tema muy delicado este que atenta contra la reputación de la reconocida cocinera gallega Antonia Rodríguez Vicente, más conocida como Toñi Vicente.

La verdad es que la información que existe hasta el momento es algo confusa y no da demasiados detalles de lo ocurrido, resultando imposible, como casi siempre en estos casos, formarse una opinión precisa de lo ocurrido. Precisamente por este motivo y esperando que el tema se esclarezca con justicia y poniendo a cada uno en su sitio, incluida la administración competente de ser necesario, voy a intentar realizar una recopilación de todo lo ocurrido.

El pasado viernes fueron detenidas ocho personas por un presunto delito contra  la salud pública. Entre los detenidos se encuentran seis mariscadores de Ferrol, Narón y Valdoviño, el responsable de la empresa de distribución de marisco Comercial Xanquei, Ramón Queiro y la restauradora Toñi Vicente.

La detención se produjo por su posible implicación en una red que comercializaba vieiras contaminadas de la ría de Ferrol donde según parece, desde hace más de 10 años, está prohibida su pesca por posible contaminación con la toxina ASP, también conocida como toxina amnésica, cuyo consumo continuado produce pérdidas en la memoria.

Toñi ha admitido ante las autoridades que había comprado capazos de vieira fresca sin depurar en varias ocasiones. Sin embargo el abogado de la empresa Comercial Xanquei, Ramón Sabín, ha desmentido el pasado martes que la empresa haya comercializado vieira fresca asegurando que sólo vende producto congelado procedente de Francia, Escocia, Chile y Perú.

Para poner un poco de claridad a todo este lío hay que explicar que en el resto de Galicia también ha estado prohibida la extracción de este molusco para su comercialización en fresco por el motivo expuesto anteriormente, y a pesar de ello parece que está bastante extendido su uso en la restauración, que tras ser extraida de forma ilegal por furtivos llega a nuestras mesas. Y es que fue la própia Xunta de Galicia la que en algún momento autorizó la comercialización de las vieiras siempre que el nivel de contaminación no superase los 4,6 microgramos por gramo de parte comestible (músculo y gónada) y que unas empresas autorizadas (creo que sólo hay una) se encargasen de eviscerar los moluscos, es decir retirado el hepatopancreas (tejido blando que recubre el músculo y la gónada) creyendo que era sólo en esta parte donde se acumulaban las sustancias peligrosas para la salud y que así quedaban libres de peligro.

El problema parece estar en que esta suposición no es correcta y que las vieiras pueden seguir siendo peligrosas para la salud. Sin embargo esto ha contribuido a que tanto en hogares como en restaurantes se consuma la vieira conseguida de forma furtiva y posteriormente aplicando la misma técnica de evisceración autorizada por la Xunta en determinadas empresas. Además debéis de tener en cuenta el tamaño que tendrán las vieiras de rías donde prácticamente no se haya mariscado en los últimos años.

Cómo veis no es un tema fácil, surgen muchas preguntas, muchas dudas y las responsabilidades pueden ser variadas. En mi opinión Toñi Vicente se ha equivocado al comprar esas vieiras, pero mucho me temo que con este escenario estás vieiras pueden haber acabado en muchas mesas y que Toñi Vicente puede estar pagando el pato de algo mucho más complejo y donde puede haber implicada mucha más gente. Esta reflexión  nada tiene que ver con la responsabilidad individual que cada uno debería asumir si en algún momento compra alimentos sin sus debidos controles y certificaciones, ¿pero donde está la frontera? Yo soy el primero que se comería, y posiblemente se habrá comido, unas setas en algún buen restaurante que hubiesen sido recolectadas por algún amigo del chef o quien sabe si por el mismo en sus  paseos matinales, sin certificados, sólo con el control y la sabiduría de llevar años haciéndolo y con la única intención de dar el mejor producto.

Lo que para mi sería inadmisible, es que alguien fomentase cualquier tipo de mercado negro o que pudiera contribuir a tramas que puedan buscar ahorros en la materia prima especulando con la calidad y/o con la salud de su público.

Espero que todo esto se aclare por el bien de nuestra cocina y nuestra gastronomía, máxime después de todo lo que ha pasado recientemente.

Vía – Europa Press
Vía – El País.com
Vía – El Mundo

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