Llevo ya mucho tiempo sin compartir alguna experiencia gastronómica, aunque he vivido alguna que otra, ciertamente no he encontrado el momento de tranquilidad para poder disfrutar al contarla.

Por suerte este fin de semana una propuesta de una familia amiga me motivo a escribir esta crónica diferente.

La idea original era para el viernes a la noche. Mariano, papá de un compañero de mi niño dijo, – … Che, Claudio dale nos tenemos juntar, vayamos a cenar a unos de esos lugares a los que vas con tus amigos cocineros …- Quiso él vivir una experiencia gastronómica de esas que sigue en El Laboratorio Gastronómico. Entonces ¡como negarme!.

- Viernes a la noche se complica Marian, vayamos el Sábado – tuve que confesar un compromiso ya tomado para preparar los ñoquis del 29 para oootros amigos. Obviamente aceptó pero en ese caso también estaría disponible la querida Alejandra, su mujer, y la propuesta cambió a una salida en familia, entonces fuimos todos.

Esta fue la circunstancia que me llevó a elegir Paja Rota, un restaurant que cubrió las necesidades del caso. La reserva fue para las 21 hs. Les anticipé a mis guiados, no anticipar conclusiones por el nombre del lugar, la verdad que ‘Paja Rota’ a secas no da indicio del tipo de gastronomía al que se dedica, y suena algo raro si no considerás el ‘parrilla al carbón’ que completa el cartel sobre la fachada del lugar.

El horario tampoco es un capricho, cuando organizo yo,  se cena temprano en el primer turno de los camareros, cuando están más frescos.

El principal requisito para la búsqueda del lugar fue que tenga juego para chicos, ibamos con dos niños más el mio. Ya conocía el lugar de una visita anterior y estuve tranquilo por la calidad de las carnes que se asan allí.

También supe que a pesar de ser un lugar que supera el centenar de cubiertos, el servicio de salón y cocina están bien sincronizados. Apenas tomamos asiento ya teníamos nuestros platillos de cortesía, los fríos de mayonesa de ave, y los calentitos un guisadito de lentejas. – Vamos bien – pensé entre mi.

En Paja Rota es muy facil la selección de los platos. De entrantes, achuras; para los segundos, los cortes de carne vacuna o porcina tradicionales que van a la parrilla; las guarniciones no se extienden más allá de ensaladas, las infaltables papas fritas, alguna provoleta y no mucho más. Un par de típicos postres escoltan la Copa de la Casa que al final les cuento.

Fue así como las dos parejas coincidimos en una tradicional entrada compuesta por mollejas, chinchulines, y un matrimonio.  ¿Uunnn matrimonio?! – estarán preguntándose los foraneos de Argentina – En la jerga parrillera un matrimonio esta compuesto por los inseparables chorizo y morcilla, y estaban destinados a los peques.

Asadas las mollejas en su punto justo, levemente crocantes por fuera y cremosas por dentro. Los chichulines también estaban bárbaros al salarlos un poco más y rociarlos con limón. No probé chorizo y morcilla pero a juzgar por cómo lo chicos hicieron que desaparezcan, parece que estaban muy buenos también.

Los chicos se perdían en el salón de juegos entre paso y paso, y nosotros tranquilos por estar ellos supervisados, disfrutamos al contarnos algunos proyectos, acerca de nuestros hábitos familiares, y otras historias risueñas de la juventud. Así es como les quiero dar idea acerca de la ambientación, siendo un lugar muy grande podría suponerse bullicioso, pero no, está bien en ese aspecto y nos sentimos muy cómodos.

Seguimos con lo más tradicional a la parrilla, asado de tira y vacío (vacuno),  asados ‘a punto’ para que todos estén conformes, papas bastón y ensalada de rúcula y parmesano.

Se supone un Malbec, pero la mayoría eligió vino de cepa blanca, de manera que maridamos con Chardoney de Latitud 33° bien bien frío.

Por si acaso podíamos comer postre, las mujeres compartieron una Macedonia entre ellas, y los hombres con su correspondiente cría, una Copa de la Casa compuesta por mousse de chocolate, helado de americana, obleas y crocantes, ¡una bomba!.

Fue una cena bastante representativa del modo de salir a comer de familias argentinas. Se caracterizó por la elección en común para compartir, se comió carne en abundantes porciones, tal vez un poco por demás. Y lo mejor de todo ¡leeejos!, la buena compañía.

Les recomiendo el lugar, más allá del servicio y las comidas, como un ámbito ideal para compartir y relacionarse entre amigos y familiares. Es por ello cuanto le agradezco a Mariano haber querido que lo guiara en una salida de comer, y a Alejandra por no haberle permitido que vayamos solos :)

Paja Rota
JM Estrada 134
Haedo, Buenos Aires
Argentina
Tel.: (54) 11 4443.3763