Este postre es un clásico hoy día, encontrás la receta en todos los medios pero, ¿te animaste alguna vez a prepararlo o siempre lo  tuviste servido?

Mi caso fue el segundo y ahora que lo hice yo mismo  ¿sabés que …?   ¡de lo que me estuve perdiendo papáaaaa!. ¿Porqué esperar a una salida de comer para su degustación?. ¿Porqué limitarme a tener que comer una sola porción?.

Hoy, dejame jactarme de lo genial que salió mi Tiramisú y a cambio, como hago siempre, te cuento acerca de las mejores técnicas y materias primas para que así, te resulte igual de rico o mejor. Ya me dirás!.

¿Y porqué no lo había hecho antes?. En realidad no recordaba lo sencillo que es y el poco tiempo que lleva su preparación. Además, y en esto sigo acertado, el queso mascarpone principal ingrediente de este postre, es un tanto costoso. Si bien existen variantes para mitigar esto último, pensé en hacerlo auténtico, y auténtico es para los fanáticos con Mascarpone.

Las carácteristicas del mascarpone que lo hace ideal para esta preparación, es su cremosidad y la intensidad de su sabor que se marida muy bien con el resto de los ingredientes sin perder protagonismo.

Lo costoso que resulta, radica basicamente en el procedimiento necesario para su elaboración y en la logística necesaria para que llegue al consumidor super super fresco, pues pierde su encanto rapidamente cuando su sabor se vuelve rancio.

Técnicamente no es un queso, más cercana sería la definición de yogur. Menciono esto para los que por primera vez vayan a comprarlo, lo asocien más con un queso untable que con un queso de horma. De hecho viene envasado en potes. En Buenos Aires se lo consigue en lugares puntuales de producción y comercialización de quesos, embutidos o productos gourmet.

Presentado particularmente el mascarpone, les paso la lista del resto de los ingredientes que no requieren mayor detalle porque son de uso habitual.

Ingredientes (10 porciones)

Huevos   4
Azúcar 80 g.
Mascarpone   480 g.
Crema de leche   80 g.
Vainillas   c/n  (más o menos 24)
Café   100 cm3.
Cacao   c/n
Licor de café   c/n

Preparación

1. Batir la crema de leche a medio punto y conservar en frío hasta usarla dentro de unos minutos.

2. Separar las yemas de las claras en bowls separados.

3. Bowl con las claras al batidor automático, para batirlas a punto nieve.

4. Mientras tanto, batir las yemas con el azúcar sobre un baño maría hasta que alcance 40° C +o- (sentí vos mismo, nuestro cuerpo está a 36°, no hace falta precisión si no tenés termómetro), salir de baño maría y seguir batiendo hasta que queden bien espumosas y les haya bajado la temperatura.

5. Unir la crema de leche, las yemas y el queso mascarpone.

6. Sobre la crema formada en el punto 5 vas a agregar las claras a nieve de a poco y con movimiento envolvente para evitar perder el aire conseguido al batir. Tengo que postear un video para explicarte bien la técnica de movimiento envolvente. Ya lo haré. Por ahora te adelanto que este batido se debe realizar en forma suave y circular y removiendo la preparación del fondo del bowl también, con el fin de hacer el batido homogeneo tratando de conservar el aire atrapado durante los batidos. Esto dará como resultado final una crema muy muy suave en la boca.

7. Sobre una fuente y/o directamente sobre compones para postre vas a disponer de una primer capa de la crema tiramisú, sobre ella una capa de vainillas enbebidas en café caliente y licor de café. Y así continuás alternando, otra capa de crema, vainillas y terminás con la crema. Dos notas extras en este punto: Una, que no tengo licor de café, entonces preparé un café más fuerte en el sabor y la nota de borrachín se la di con un chorro de ron. Dos, no embebas demasiaaado las vainillas, porque después no las podés manipular bien y además incorporarías mucho líquido a la preparación.

8. Frío de heladera (nevera) 3 a 4 horas. Justo antes de servir espolvoreas con el cacao.

Presentación

Una mejor presentación conseguís si lo servís en los copones para postre, pero este tiramisú es para entrecasa, de manera que lo serví en el momento desde la fuente a los platos.

La ansiedad y las ganas de algo dulce después de nuestra cena de anoche, no permitió las 3 horas de frío como mínimo, por eso en la foto está cremosa por demás.

Mi hijo lo probó por primera vez y enloqueció. Menos mal que le había puesto muy poquito ron. O no sería tan poquito y es por eso que enloqueció … ¡uh! Este artículo no se lo comenten a la madre, que se quede con la sensación placentera del último bocado y listo.