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Algún día he de escribir una entrada sobre el Restaurante del Hotel Landa, e incluso sobre el propio hotel, pero hoy voy a escribir sobre su magnífico bar, donde desde las 8 de la mañana hasta última hora de la noche, siempre es agradable parar y tomar algo, sea la hora que sea.

Desde que me llevaron la primera vez, es muy raro que pase por allí de viaje y no pare a tomar aquello que la hora del día aconseje. Lo primero que hay que decir es que es francamente difícil de parar allí si antes no te ha llevado alguien pues, cuando lo ves desde la A-1 ya hace casi un kilómetro que te dejaste atrás la salida correspondiente (la 233). De hecho, desde la A-1 lo único que se ve es el torreón que figura en la foto, y donde se encuentra el hotel. Mi momento favorito es, desde luego el desayuno. Suelo ir con cierta frecuencia a Bilbao y San Sebastián y es parada obligada para desayunar.

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Mi opción es siempre el bocadillo de chistorra con queso de idiazábal y pimiento de piquillo. No siempre lo ponen en el mismo pan, por lo que cuando toca torta de Aranda (como en las fotos) es una alegría adicional. Un cafetito y listo para seguir viaje. La única queja es que el azúcar es siempre en terrones, con lo que es muy difícil servirse lo poquito que yo suelo usar con el café.

Cuando lo que toca es comer, se imponen los huevos fritos con morcilla, acompañados de unas patatas panadera y un poquito de vino (ojo al conductor) son un comida contundente pero no pesada para seguir viaje. Y de postre con la comida, o en cualquier otro momento del día, incluso si quieres que el desayuno se auténticamente potente, no conviene perderse una delicia de hojaldre que tienen y que se llama reinosa.

En definitiva, un auténtico oasis para el viajero que, por sólo un poquito más de dinero, nos reconcilia con las paradas en carretera.

Hotel Landa Palace
Carretera Madrid-Irún, km 235
09001 Burgos
España
Tel.: +34 947 25 77 77