Leche
Foto de KayVee.INC

Este es un tema de gran actualidad y controversia, el cual no podíamos dejar pasar por alto.

Llevo tiempo con la idea de escribir sobre esto y buscando información veraz, seria científica y libre de intereses o creencias, y no os podéis imaginar lo difícil que me ha resultado. Aquí hay dos posturas enfrentadas, pero en las cuales la realidad y los intereses y la salud del consumidor no es lo que prevalece.

La primera posición es la del mercado y la del vil dinero. Me refiero a que en occidente las empresas lácteas son un sector muy fuerte,  y con mucho poder económico. Para que os hagáis una idea es el segundo en importancia en el sector alimenticio, e indirectamente afecta a las grandes superficies, para los cuales son unos de sus productos estrella con lo que ello significa. Perdonar por la expresión pero muchos estudios, paginas webs, artículos en revistas, etc., están prostituidos por estos intereses que son los que pagan o sufragan sus costes, o indirectamente por medio de la publicidad.

La segunda posición es la de los naturistas, vegetarianos los cuales tienen una posición más ética o moral, y que denostan los lácteos y sus derivados, no tampoco por su posibles efectos negativos sobre la salud, sino por sus creencias (muy respetables, como todas), pero que en mi opinión no deja de ser una creencia, y no basada en la evidencia, que no consumen lácteos por el maltrato que se produce a los animales de los cuales extraemos esa leche y de ahí luego, esa larga lista de derivados.

No se si este articulo aportara luz sobre el tema, por que yo sinceramente no tengo una posición clara. Los lácteos según los testimonios que tenemos se empezaron a consumir (según tenemos constancia), hace unos 5.000 años, aparecen unas tablas en Babilonia, y podemos pensar que se consumía antes, pero no más allá de unos 10.000 años que es cuando el hombre se hizo sedentario y agricultor.

Ilustración - Maribell
Foto de :: green designer choncho ::

Esto a nivel evolutivo no es nada, por lo que el argumento de que el hombre siempre lo ha hecho y nuestro organismo esta habituado a ello, no me convence. Otro argumento que se nos da es que somos mamíferos, lo cual quiere decir que en nuestro proceso de desarrollo hemos sobrevivido  y nos diferenciamos de otros animales por alimentarnos de leche. Pero aquí vuelven a aparecer nuevos argumentos contrarios:

  1. Ningún animal después de su época de crecimiento se alimenta de la leche, de su madre o de otro animal.
  2. Si estudias el contenido  o la composición la leche del ser humano, con la de la vaca, que es la que en nuestra cultura se consume, son totalmente diferentes. Son diferentes en el contenido de grasas y de proteínas, por ejemplo la leche de la vaca contiene mas proteínas, y una proteína que es la caseína (la leche humana también la tiene pero en mucha menor cantidad), que produce muchas alergias, una digestión mucho más lenta y que de hecho esta es una de las razones por la que los pediatras no la recomiendan a los bebes recién nacidos. Se calcula que el vaciado gástrico de un lactante de la leche de su madre se producirá en una hora, mientras que si consumiese leche de vaca tardaría cuatro.

Otra diferencia importante  es el contenido en grasas. La leche materna tiene mayor contenido en grasas que la de la vaca, pero son grasas insaturadas, que como ya explicamos son más saludables que las saturadas y que la leche de vaca tiene en gran cantidad. De hecho se calcula que entre el 30-40% de las grasas saturas consumidas en el mundo occidental proviene de lácteos y sus derivados.
Más diferencias: la leche de vaca contiene tres veces más sodio que la materna. EL sodio es un mineral esencial pero que por desgracia, debido a todos los productos elaborados  que consumimos en exceso y que tiene un papel fundamental en el control de la retención de líquidos y en enfermedades renales e hipertensión.

El principal hidrato de carbono de la leche es la lactosa, un disacárido compuesto de glucosa y galactosa. La leche humana tiene un alto contenido de lactosa, 7 g/dl . La lactosa parece ser un nutriente específico para el primer año de vida, ya que la enzima lactasa que la metaboliza sólo se encuentra en los mamíferos infantes mientras se alimentan con leche materna. De ahí que la mayoría de las personas presentan intolerancia a la lactosa después de la infancia. Y este sea quizá el principal argumento para el no consumo de lácteos, las alergias, que muchas veces son visibles y con efectos notables, pero muchas veces no, nos pueden ocasionar malas digestiones, problemas digestivos, sin llegar al vomito o diarreas.

En los europeos y otras poblaciones persiste la enzima lactasa en los adultos, debido aparentemente a una adaptación metabólica, pero el tema no esta muy claro. En otras razas, como la negra u oriental, este proceso no se produce. La leche de vaca contiene más Calcio que la  humana, pero de peor absorción (el tema de siempre y que casi nunca nos comentan), de hecho se da la paradoja que si alimentamos a un bebe con leche de vaca sufrirá de hipocalcemia (niveles bajos de Calcio).

Recientemente también se ha descubierto que tiene un importante papel en desarrollo del sistema hormonal y hormonas por parte del lactante. Y la principal diferencia  y que todos conocemos es que la leche materna  es de gran complejidad biológica. Además de proteger activamente es inmunomoduladora, es decir, no sólo transfiere una protección contra infecciones y alergias específicas, sino que también estimula el desarrollo del propio sistema inmune del lactante. Contiene además muchos componentes antiinflamatorios cuyo mecanismo de acción aún no se conoce. La protección se observa mejor durante la vida temprana.

La inmunoglobulina del calostro y de la leche madura, recubre la mucosa intestinal y previene la absorción de macromoléculas extrañas cuando el sistema inmune del niño aún es inmaduro. Las proteínas de la leche materna son específicas de la especie humana, por lo que los niños amamantados no desarrollan anticuerpos contra ellas.

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