El sábado 28 de septiembre fuimos a cenar al Mesón Asador Avelino, uno de esos restaurantes de barrio, en este caso Carabanchel Alto, que tantas veces nos sorprenden agradablemente. La decoración es la clásica de un asador castellano, muebles rústicos, rejas negras en las ventanas, utensilios de cocina de cobre colgados de las paredes… Y la primera impresión es que aquí con hambre no vas a salir.
Nos ofrecieron de aperitivo un hojaldre de morcilla con crema de manzana y reducción de Pedro Ximénez mientras hojeábamos la carta. Las propuestas de Avelino incluyen una buena selección de carnes y pescados del país.
Aconsejados por Manuel Bovia del Viso, gerente y propietario del Mesón Avelino, pedimos algunos platos fuera de carta y la verdad no nos arrepentimos.
De entrantes comenzamos con jamón ibérico, muy bueno, pimientos asados con ventresca y Torta del Casar, una de las acertadas recomendaciones de Manuel. Para los segundos nos decantamos por solomillo, confit de pato y chipirones encebollados, la segunda recomendación. La calidad de la carne era muy buena y las piezas eran grandes y el pato estaba jugoso y sabroso en su salsa de manzana.
Los chipirones se presentaban con la cebolla confitada y con tres salsas distintas, la de tinta, una especie de salsa americana suave y otra de perejil.
La última recomendación de Manuel fue un vino de Madrid: Punto Diez. Elaborado por la bodegas Tagonius en Tielmes con tempranillo y syrah, es la segunda marca de la famosa bodega de la zona de Arganda. Sin la personalidad de su célebre hermano es un vino fácil que integra bien ambas variedades.
De postre nos decidimos por clásicos: tiramisú y sorbetes de mandarina.
Hay que destacar que el servicio fue impecable en todo momento, con Manuel sugiriendo acertadamente tanto en los platos como en el vino. También fue de agradecer el detalle de invitarnos a un pacharán y a un brandy Duque de Valdivia.
En definitiva, una cena abundante, rica y agradable en un restaurante de cocina tradicional bien hecha y que merece una visita al suroeste de Madrid.
Asador Avelino
c/ Joaquín Turina, 42
Carabanchel Alto
28044 Madrid
España
Tel: +34 91 508 40 80
LA PRIMERA VEZ QUE VISITE EL ASADOR ME LLEVO UN AMIGO, Y ME SORPRENDIO GRATAMENTE. MAS TARDE PREPARE UNA CENA DE NAVIDAD PARA 19 PERSONAS , (ME SENTIA RESPONSABLE) , ME LO PUSIERON MUY FACIL. MIS AMIGOS SALIERON ENCANTADOS , TANTO POR LA COMIDA QUE ES EXQUISITA ,TRADICIONAL- ORIGINAL AL MISMO TIEMPO , CUIDADA AL DETALLE , COMO POR LA ATENCION HACIA EL GRUPO . GRACIAS NACHO .
LA ULTIMA VEZ HE ESTADO CON MI FAMILIA , Y QUE PUEDO DECIR..
MI ASADOR FAVORITO.
MI RECONOCIMIENTO AL BUEN HACER Y A LA PROFESIONALIDAD.
Desearía información de precios del Cochinillo de encargo para llevar.
Gracias
Fui a comer con unos amigos del trabajo que apetecian de asado y buen vino y siguiendo estas recomendaciones fuimos a este sitio, pero no vimos al tal “Manuel Bovia del Viso”. A uno de mis amigos le habian hablado muy bien de el como sumiller y cuando pregunto nos dijeron que ya no estaba ahi. Han cambiado de dueño? Quisieramos contactar con el.
No puedo estar mas de acuerdo con todos los comentarios.
La verdad que no se espera encontrar tal restaurante en una zona como en la que está y desde luego, que merece la pena el acercarse.
La comida buenísma, cada día que voy una experiencia nueva: os recomiendo el queso brie a la naranja y como no, mi favorito en carne el solomillo al foie y de pescado los chipirones en su tinta que no tienen desperdicio.
De postre sorbete de mojito! en ningun otro sitio lo he tomado igual
Un saludo y mi enhorabuena a todo el personal del restaurante: amabilidad y profesionalidad, esa combinación perfecta.
Lo que son las casualidades de la vida: yo estuve comiendo allí el sábado 27 de septiembre (me temo que te has liado con el día). Por lo demás, no puedo estar más de acuerdo en todos tus comentarios. Nosotros también compartimos entradas, entre las que la torta del Casar destacó, y los segundos fueron magníficos: entre todos sobresale un hojaldre de boletus y más torta del Casar simplemente extraordinario. También tomamos el sorbete de mandarina, delicioso y original. Igualmente, la atención de Manuel estuvo perfecta: amable, atento y sin agobios. Una pequeña joya en un sitio inesperado.