Entrada de El Celler de RocxiLa tarde, encapotada, permitió que comiéramos en una de las terrazas del puerto de Barcelona. Los camareros de diferentes restaurantes apiñados a lo largo del rompiente se disputaban los clientes ofreciendo de viva voz sus productos y elogiando la calidad de su comida. Es curiosa esta tradición, Marc, nos explicó que antes estos restaurantes eran chiringuitos de playa y se ofrecían así a los bañistas, recientemente tras quitarlos del arenal y concentrarlos en el puerto mantuvieron la tradición.

Francamente, este tipo de cosas no me gustan, no entiendo como una comida que al final saldrá por unos 30 euros por persona puede ser reclamada de esta forma, a viva vos y con guiños de complicidad a la puerta del restaurante, como si fuera un zoco o rastrillo. Sin embargo, este tipo de acciones realizadas con educación pueden formar parte del folklore y sustanciar la esencia de un local, así, de esta forma, me fue presentada una casa donde degusté la mejor caldereta de marisco que se haya cocinado, fue en Cudillero, aunque eso es otra historia…

Al final optamos por el Celler de Rocxi, curiosamente el único que no se nos anunció a voces, penúltimo de la calle y con excelente aspecto. Decidimos comer en la terraza.

Carta aseada y correcta. Pedimos al centro –“pica, pica” como se dice en la zona- caracoles con yerbas aromáticas y almendras trituradas, foie, boquerones fritos y buñuelos de bacalao y rematamos con un arroz con bogavante. Regamos la comida con un penedés blanco.

Caracoles

Yendo por partes, los caracoles tenían un gusto barroco, la salsa, elaborada con multitud de yerbas –diez según nos comentó el maître- recordaba ciertamente al pesto aunque con un punto más contundente. Sobraba  el alioli ofrecido como acompañamiento.

Virutas de Foie  Boquerones Fritos  Buñuelos de Bacalao

Referente al foie, se presentó rayado, para esta técnica es necesario que el hígado esté helado y esto se notaba en muchas de las virutas que se llevaron al paladar difuminando un poco su sabor –una lástima- No obstante, la materia prima era de calidad y se sirvió acompañada de jamón de pato y tostas (demasiado gruesas).

Los boquerones fritos, estaban en su punto y el tamaño de la ración era perfecto.

Los buñuelos eran correctos y como elemento reseñable sorprendió el emplatado, en una fuente estrecha y alargada, donde quedaban en fila de a “uno” y adquirían cierto protagonismo en la mesa.

   

Arroz con BogavanteRespecto al arroz con bogavante, bien presentado, adolecía de sabor y pareciera que el fumet no hubiera adquirido el gusto deseado, se echaban de menos determinadas especias, color y ese punto meloso común en este tipo de platos pues estaba seco. Uno de los ingredientes era calamar y sobresalía en demasía sobre el resto de sabores. Desde mi punto de vista es un error incluirlo en este tipo de arroces.

El vino, servido a su justa temperatura, fue un acierto.

Al margen de todo esto, el trato fue educado y amable, con explicaciones de los platos adecuadas y extensas.

No tomamos postre, si café.

    

El precio acorde con los platos elegidos. Se nos ofreció un licor de cortesía que aceptamos con gusto.

Como conclusión global me quedaría en que o bien no era el día adecuado (viernes a medido día) o el restaurante ha vivido tiempos mejores, me quedo con lo primero pues el local era pulcro y cuidado y tomamos algunos platos notables, sin embargo, es imperdonable un plato principal cocinado de esa forma.

El Celler de Rocxi
Moll de Gregal, 17. Port Olímpic
Tel: +34 93 221 00 21
Fax: +34 93 221 23 96
Email: rocxi@grupart.es
web: http://www.barcelona-on-line.es/rocxi/rocxi.htm

  

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