Ayer volaba a Amsterdam desde Madrid y ojeaba la revista Ronda de Iberia cuando vi un artículo titulado La Carihuela, cuna del “pescaito” que de inmediato me trasportó a ese antigüo barrio marinero de Torremolinos, en Málaga.

Cada vez da más pereza viajar y salir de casa, sobre todo si hay trabajo de por medio, y cuando estás fuera, cualquier cosa, por pequeña que esta sea, te traslada de forma instantánea cerca de los tuyos, de tu familia, de tus lugares, … o como en este caso remonterte años atrás. Han sido muchos años los que he pasado de veraneo en Málaga cuando era niño, primero en Benalmádena, y luego en Torremolinos pero La Carhiuela era un lugar que siempre visitaba junto a mi familia para ir a cenar.

Cuenta su historia que fue en 1962, todavía yo no lo frecuentaba, cuando un pequeño local llamado bar Prudencio iniciaba su actividad con una “carta” en torno al pescado que nadaba por aquellas costas. Aunque en 45 años ha pasado diferentes épocas de mayor o menor apogeo, algunas de las cuales he sido testigo, actualmente este pequeño trozo de paseo marítimo de Torremolinos lo comprenden más de 200 establecimientos de cocina internacional, pero sobre todo autóctona donde se puede degustar el famoso “pescaito”.

Es cierto que ha cambiado mucho y lo que se inició como un encantador barrio de pescadores se ha transformado en  uno de esos puntos donde la especulación inmobiliaria para estar a 10 metros de la playa hace olvidar sus raíces y va degradando su encanto año tras año.

Aunque muchas cosas se hayan perdido en el camino, tras la herencia que pudo dejar el bar Prudencio y dentro de este centro del “pescaito” andaluz, hay sitios que se han sabido mantener la gastronomía del lugar y que continúan ofreciendo especialidades de pescado y marisco de gran calidad, Casa Juan, El Roqueo, Antonio, Guaquín, Casa Paco y Los Mellizos son algunos de los más recomendables.

No digo que sea una comida para todos los días ni que no se coma buen “pescaito” en otras zonas de Andalucía o de España, pero si vais por la zona no dejéis de probarlo.