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Foto de Felipe Venâncio
  

El otro día, preparando mis exámenes de antes de Navidad, cayo en mis manos un libro de Fisiología del Ejercicio, donde por los nuevos métodos didácticos incluye varios artículos aclaratorios de investigación.

Uno de ellos me pareció muy interesante y os expongo un breve resumen con unos datos que a mi parecer son muy esclarecedores.

Sabéis que la obesidad es uno de los principales problemas sanitarios en los países occidentales, siendo una enfermedad con un claro crecimiento y un mal pronostico. Además, el problema, no parece más que agravarse, ya que en la población infantil no deja de crecer. Nuestro país, modelo de dieta Mediterránea, al que parecía no afectar en tal manera el problema, con la globalización, hemos adoptado esa forma de comer americana con todas sus consecuencias. Una de ellas, y la que creo no se presta la debida atención es que estamos situados en  el segundo puesto de obesidad infantil en el ranking europeo, nefasto honor.

Bueno, a lo que íbamos, el citado artículo es un estudio sobre población americana y sus datos son del año 2000.

Los niños norteamericanos comprendidos entre las edades de 6-11 años pasan una media de 26 horas a la semana viendo televisión. Al parecer cada hora que un niño pasa delante del televisor se produce un incremento de la prevalencia de la obesidad en un 2%.

En los adultos, los hombres que ven mas de 3 horas de televisión diarias, tienen un riesgo de ser obesos, mas del doble, que aquellos que solo la ven una hora diaria.

Un dato curioso es que se estudio el metabolismo (gasto energético)  de unas niñas adolescentes, entre la cuales la mitad eran obesas y el resto tenían un peso normal. Se comparo su metabolismo cuando veían la televisión y cuando estaban en reposo, y en ambas su metabolismo fue cerca de un 15% menor cuando veían televisión respecto cuando estaban en reposo.

Por lo que veis el hábito de ver televisión tendrá un importante efecto acumulativo en el descenso de su tasa metabólica. A  esto se suma también que cuando los niños ven televisión tienden a comer alimentos de alto contenido calórico. El estudio aboga por que los padres y educadores animen a los niños a que realicen actividad física diaria.

Yo creo que la creación de hábitos saludables debe empezar desde la infancia, y esta es una responsabilidad que los padres y educadores deben asumir.

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