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Este verano, visitando Budapest, fuimos a cenar a un italiano, obteniendo una experiencia muy positiva y altamente recomendable para todos los que visteis esa ciudad ribereña y encantadora. Este italiano se encuentra en una zona muy céntrica, concretamente en la calle Arany Janos nº 9, muy cercano a la gran Basílica que se encuentra en la zona de Pest.

El nombre Pomo d´Oro, como todos sabréis significa tomate en castellano, y en italiano significa manzana de oro. Esta planta tan utilizada y base de la cocina italiana fue traída por lo españoles del nuevo mundo, y como explica en la carta del restaurante en principio se le atribuían poderes afrodisíacos. Lo primero que llama la atención y nos da vibraciones positivas es que el restaurante esta lleno de italianos, tanto en cuanto a los comensales y clientes como a los camareros, metre, cocineros y dueños.

En cuanto al local, es un sitio agradable, con una fusión de decoración medieval y moderna, destacando la madera que le da un aspecto acogedor. Esta repartido en dos plantas abiertas, siendo un espacio diáfano con las mesas bien repartidas. Quizás un poco ruidoso, pero no se si por la acústica del local, o por el origen de los clientes, como ya sabemos los italianos son un poco ruidosos (sin ofender a nadie), y aquí no era una excepción.

La carta estaba en húngaro como es lógico, pero también la tenían en inglés y hasta en español. No teníamos mucha hambre así que pedimos para compartir los primeros y segundos. 

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De primeros nos pusieron un carpacho de buey, con su respectiva rucola y parmesano. La carne estaba muy sabrosa, fina, y para nada contenía esa agua que muchos carpachos tienen después de descongelarlos, y como siempre un buen parmesano y rucola conjugan perfectamente con el sabor de la carne. En el mismo plato nos pusieron un queso que no había probado pero que estaba sabrosísimo y muy ligero que era “burrata”, esta palabra viene de “burro”, que en italiano es mantequilla, al parecer es un queso que se hace con la leche de búfala que sobra de hacer la mozarella, se mezcla con suero, se envuelve en una bolsita de plástico y se le da forma de pera, se debe comer muy fresco, por fuera tiene una fina capa dura y por dentro es un queso mantecoso como a medio hacer y la verdad es que me sorprendió, lo acompañaban tomatitos cherry y rucula. A todo esto nos acompañaba un pan parecido a la masa de pizza, pero muy crujiente, fino y hecho con hierbas que lo aromatizaba mucho. Si a este pan le añadías unas gotas de aceite de oliva (me imagino que italiano), te lo podías comer sólo.

De segundo pedimos una carne para dos, este era un buen filete troceado y hecho aun grill pero con la particularidad que estaba hecho con piedras volcánicas, esto le daba un sabor que me resulto una mezcla entre un carne pasada al horno y al grill, estaba muy buena, jugosa y sabrosa, pero yo particularmente prefiero las carnes a la brasas de toda la vida.

De postre pedimos una tarta de manzana, que estaba buena, pero no al nivel del resto de los platos.

Para acompañarlo, pedí unas birras italianas, ya que mi acompañante no bebía vino, y no quería pedir una botella para mi solo. Por ultimo, el precio al cambio salimos por unos 35 euros por persona. En definitiva si vais por Budapest un sitio muy recomendable, una localización muy céntrica, con buen ambiente, una atención de primera y unos precios más que razonables.

Restaurante Pomo D’Oro
Arany Janos, 9
1051 Budapest
Tlf: +36 1 302 64 73
email: table@pomodorobudapest.com
Web: http://www.pomodorobudapest.com/

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